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Batalla de Aljubarrota (Portugal)

¡Saludos!  Este último mes de abril he estado de viaje en Portugal y he visitado, entre otros lugares, la localidad de Batalha. Allí se encuentra el Monasterio de Santa Maria da Vitória, con un tamaño sin duda comparable al de la villa. Pues tanto el pueblo como el monasterio fueron mandados construir por el rey Joao I como agradecimiento divino en la batalla de Aljubarrota, que tuvo lugar a 2 km de allí, el 14 de agosto de 1385, en la que el reino de Portugal se enfrentó al de Castilla por una cuestión de sucesión real. Aprovecho también para recomendar la visita el país, personalmente me ha sorprendido la monumentalidad de ciertas localidades (ya he hablado de Batalha) y la gente, mucho más atenta y respetuosa que en España (o al menos eso me parece a mí). Bueno, me dejo de rollos, decir que los comandantes fueron Joao I de Portugal, primer rey de la dinastía de Avís, Y Juan I de Castilla.



Monasterio de Santa Maria da Vitória (Batalha)

CAUSAS DE LA BATALLA: En 1383 el rey Fernando I de Portugal murió sin hijos varones que heredasen su corona. Su única hija era la infanta doña Beatriz de Portugal, casada con el rey Juan de Castilla. La burguesía se mostraba insatisfecha con la regencia de la reina doña Leonor Teles y de su favorito, el conde Andeiro, y con el orden de sucesión, ya que eso significaba la anexión de Portugal a Castilla. Hubo un levantamiento en Lisboa, el conde Andeiro fue muerto y el pueblo pidió al maestre de la Orden de Avís, hijo natural de Pedro I de Portugal, que fuese regente y defendiera el país. El periodo de interregno que siguió es conocido como la crisis de 1383-1385. Finalmente, el 6 de abril de 1385, don Joao, maestre de la Orden de Avís, es proclamado rey por las Cortes reunidas de Coimbra. Pero el rey de Castilla no renunció a su derecho a la corona portuguesa, que le venía de casamiento. En junio invadió Portugal con un ejército castellano y un contingente de caballería francesa, que sumaban un total de 31000 hombres; mientras que el ejército de Joao estaba compuesto por 6500 hombres, además de un pequeño grupo de arqueros ingleses.

LA BATALLA: El número de las tropas portuguesas era muy inferior a las castellanas, así que la victoria iba a estar condicionada por un terreno favorable. Además Joao debía cortar el avance castellano antes de llegar a Lisboa, y decidió situar a su ejercito en una pequeña colina de cima plana rodeada por riachuelos, cerca de la abadía de Aljubarrota. El ejército tomó posiciones en la vertiente norte de la colina, de frente a la carretera por donde los castellanos eran esperados. La disposición portuguesa fue: la caballería desmontada y la infantería se situaron en el centro de la línea, rodeada por los flancos de los arqueros ingleses y ballesteros locales, protegidos por obstáculos naturales ( como los riachulelos). En la retaguardia aguardaba los refuerzos comandados por Joao I en persona. Para reforzar su posición excavaron trincheras en los flancos y numerosos pozos en el frente de sus posicines, denominados "pozos de lobo".

El rey Juan de Castilla, al ver las posiciones portuguesas, tomó la acertada decisión de evitar el combate, así que el ejército castellano rodeó la colina. Las patrullas castellanas habían comprobado que la vertiente sur de la colina era más suave. Al conocer este dato, los caballeros franceses y castellanos más jóvenes, urgieron al rey a atacar de inmediato; mientras que los soldados veteranos aconsejaban demorar el ataque. El rey optó por el ataque y situó al ejército castellano de este modo: dividió al ejército en dos líneas. La vanguardia atacaría a pie el centro del dispositivo portugués, mientras que la segunda, compuesta por caballería, se dividió en 3 grupos. Los ballesteros y el resto de la infantería permanecerían en la retaguardia.

El primer ataque lo hicieron los franceses, que se habían adelantado al ejército castellano y actuaron de forma aislada. La línea angloportuguesa acribilló a los franceses a base de proyectiles, tanto jabalinas como flechas, cuyo avance se vio dificultado por los riachuelos y pozos. Los pocos franceses que llegaron a la línea enemiga fueron eliminados al poco tiempo y un centenar de ellos huyó hacia las líneas castellanas. AQUÍ ESTÁ LA CLAVE DE LA BATALLA, el rey Juan vio que solo un centenar de franceses huían y pensó que la mayoría de ellos seguía luchando, pero él no era consciente de que la mayoría habían muerto con los proyectiles angloportugueses. Así pues, ordenó cargar a la caballería, pero al llegar a los riachuelos ésta deshizo su formación para poder cruzarlos. Además tenía que sortear las trincheras y obstáculos que habían puesto los portugueses. De ese modo, las alas del ejército castellano no fueron capaces de envolver al enemigo y de nuevo los arqueros ingleses empezaron a descargar lluvias de flechas contra la caballería. Sin embargo, unos 500 caballeros castellanos llegaron al flanco izquierdo portugués, donde hubo una pequeña batalla, pero rápidamente la posición castellana se volvió insostenible. Incapaces de atacar con fuerza y orden la posición portuguesa, los castellanos fueron aniquilados. Con la batalla claramente perdida, el rey Juan I de Castilla ordenó la retirada.




Grabado de la batalla de Aljubarrota

CONSECUENCIAS: Entre los nobles castellanos muertos en la batalla, destacan los maestres de Santiago y Calatrava, junto con Pedro González de Mendoza o Diego Gómez Manrique. De los franceses, los que se salvaron no se tiene constancia escrita sobre a dónde se dirigieron. Los castellanos perdieron a 2000 hombres. A partir de esta batalla, en Portugal se afianzó en el trono la dinastía de Avís. El mismo Joao I de Portugal ordenó la construcción del monasterio de Santa Maria da Victória y la ciudad de Batalha para celebrar la victoria y agradecer el auxilio divino que creía haber recibido. La paz definitiva entre Castilla y Portugal se firmó en el año 1411. Además, se demostró que la táctica de ataque frontal con caballería, que tan buenos dividendos había dado frente a los musulmanes, se había quedado obsoleta. Tácticamente, Aljubarrota fue la última batalla de Europa Occidental en la que la caballería tuvo protagonismo.

Esto ha sido Aljubarrota, siempre nos quedaremos con las ganas de saber que hubiera pasado si Castilla hubiera conquistado el reino portugués. ¡Espero que os haya gustado!
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